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Mostrando las entradas etiquetadas como Senderismo

Castillo de Bellver y senderos

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Aquella mañana la bahía de Palma era una chispeante bandeja de agua, un tranquilo pero alegre juego de luces de un sol perezoso, una colección de embarcaciones de todo tipo puestas en fila como esperando turno. "Bellver" (Bella vista en catalán antiguo) se llamaba el castillo que íbamos a ver. Y entendimos por qué.  Era temprano, habíamos decidido la noche anterior que nos levantaríamos a primera hora para evitar el calor extremo y así lo hicimos. Palma era una brisa ligera y agradable, un oasis en el verano más cálido desde que hay registros. Era temprano, sí, tanto que el Castillo de Bellver aún estaba cerrado. Para llegar hasta allí se pueden seguir varios senderos, el que entra por el parque de Sa Teulera, el del Polvorín, el camino de los prisioneros, el de la Bruja Juana o el de las canteras, en cuya base se encuentran las instalaciones de la Policía Montada del parque. Y en ese entramado de caminos, rampas y pendientes podremos encontrar también un parque infantil, un

Cartagena: Sendero Azul

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“Jamás vi un paisaje tan asolado y agreste” escribió Hans Christian Andersen sobre Cartagena en su obra “Viaje por España” allá por 1862. El popular escritor danés hacía realidad su sueño de visitar un país que formaba parte de su imaginario desde niño y la histórica ciudad naval fue una de sus paradas. La Cartagena del siglo XXI poco tiene que ver con la de aquella España decimonónica deprimida tras décadas de guerras y atraso. Al contrario, a mí al menos me pareció una ciudad moderna cuyo no muy extenso casco histórico está cuidado con esmero y en la que se puede encontrar una oferta cultural de museos de gran interés. Pero pienso que, al igual que ocurre a las personas, también las ciudades a veces dejan entrever lo que fueron. Como si ese pasado quedase oculto en algún pliegue de su relieve, en algún rincón del tiempo, aprovechando cualquier momento para mostrarse, sin nadie saber muy bien cómo ni porqué. En ello pensaba cuando me situé frente a la chimenea de Peñarroya. En la lade

La cañada del lobo

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Dijo Cézanne que el paisaje se vuelve humano, que se convierte en un ser viviente y pensante dentro de nosotros. Mirador privilegiado a las mejores vistas de la Costa pero también a sus heridas, sus excesos, a los anhelos de quienes la habitaron y habitan, en pocos lugares es esto tan cierto como en La Cañada del Lobo.  Esta es una de las rutas de senderismo más conocidas de la Costa del Sol. Se encuentra en la Sierra de Torremolinos aunque comienza muy cerca del Cementerio Nuevo de Arroyo de la Miel, localidad que pertenece al municipio de Benalmádena.  Nosotros cogimos el bus desde Málaga al municipio torremolinense (M-110) y desde allí otro que nos llevó al inicio de la ruta, a Santángelo (M-124, la penúltima parada). Este se encuentra muy bien señalizado, existiendo un cartel que indica la dirección hacia el antiguo albergue de la Cañada del lobo junto a paneles informativos acerca de qué ver en la zona. Ya desde el principio del recorrido se hace notar su pendiente que es práctica

Carratraca: Ermita-Llanos de Arenalejos

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Bosques con plantas endémicas y curiosas rocas, aguas termales, paredes de cal y palacios del XIX, una de las pocas fondas que quedan en España... Esta es una ruta por uno de los municipios más singulares de la provincia de Málaga: Carratraca. Del árabe carr-altrak, su nombre significa "limpieza de impurezas" y es que, situado alrededor de unas termas naturales, desde tiempos de los romanos se aprovechan sus aguas sulfurosas con finalidades curativas. También fue pueblo minero. Pero hay mucho más. Enclavada en las faldas de Sierra Blanquilla, Carratraca está en una auténtica encrucijada, un cruce de caminos entre la Serranía de Ronda, el Valle del Guadalhorce y la Comarca de Antequera.  Laderas cubiertas de pinares con cultivos de frutales y algún que otro olivar nos dieron la bienvenida al bajarnos del bus. Una hilera de casas de estilo tradicional andaluz bordeaba un monte. Sin embargo, una torre a lo lejos se erigía como la verdadera protagonista: la del Palacio de Trinida

Camí de Menorca

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Cuando salimos del hotel, en Ciudadela, nos disponíamos a coger un taxi que nos llevara hasta Cala en Turqueta. La falta de disponibilidad de los mismos, de la que nos alertó el recepcionista, nos hizo cambiar de planes: tomaríamos un bus hasta Cala Galdana y desde allí haríamos, en dirección contraria a la oficial, la etapa 13 del Camí de Cavalls. El Camí de Cavalls es, para los amantes del senderismo, el Sendero de Gran Recorrido 223 (GR-223). Un camino de 185 Km que recorre la isla de Menorca, del archipiélago español de las Islas Baleares, a lo largo de 20 etapas. Pero es mucho más que eso. Es historia, remontándose su origen a 1330, cuando el rey Jaime III ordenó a sus caballeros defender la isla vigilándola con caballos armados. Es un escaparate fantástico a la riqueza cultural, arqueológica, geológica, biológica y paisajística de una isla declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO por su modelo de desarrollo sostenible. Es el resultado de una lucha de años por parte de c