Un turismo con menos emisiones

Defiendo desde hace tiempo (y sé que es algo con lo que muchos no estaréis de acuerdo) que, salvo casos concretos debido a cuestiones, por ejemplo, laborales o de salud, se puede vivir perfectamente sin automóvil propio con una buena calidad de vida.
María Dolores y yo nos pasamos el año haciendo rutas por numerosos espacios naturales. Ninguno de los dos tenemos coche. Siempre hemos ajustado nuestros horarios a los del transporte público y eso nunca ha supuesto ningún problema. La supuesta falta de libertad que normalmente se argumenta como el principal inconveniente de este modo de vida no ha sido para nosotros otra cosa que una continua reestructuración de tiempos y recorridos.
En esta ocasión fue distinto. Estábamos alojados en Castell de Ferro, el núcleo costero de Gualchos, pueblo de interior que teníamos que ver y en el que comienza la ruta de la que hablaré mañana y que conecta esta villa con la fantástica cala de "La Rijana". Pues bien, ni existe bus que conecte Castell con Gualchos, ni la cala con el punto de inicio.
Solución: un taxi. Un rápido y eficiente servicio conducido por Iván Pérez (en la foto) hizo que pudiésemos disfrutar de un genial día de naturaleza, Historia, monte mediterráneo y playas naturales de ensueño.
Algunos estaréis pensando que eso es una barbaridad por el precio. No lo creo. Tal vez a corto plazo, pero al medio o al largo y siempre que no se abuse de este medio, no. Suponiendo un automóvil propio que tenga un precio de unos 10.000€, un crédito para comprarlo de 150€/mes, un seguro de 50€/mes y un coste en gasolina de 250€/mes más impuestos y reparaciones varias, el coste global es mucho más elevado que el de hacer rutas de senderismo en bus, coger un taxi de forma esporádica, alquilar un vehículo o, se me olvidaba, la bici. Repito, salvo que no haya más remedio debido a cuestiones, por ejemplo, laborales o de salud.
Por no hablar del riesgo de caer en el sedentarismo que supone el día a día (he llegado a conocer a alguno que cogía el vehículo para un trayecto de no más de 10 minutos a pie) con todos los problemas sanitarios que provoca (recientemente, la OMS ha publicado que el sedentarismo ya es el cuarto factor de riesgo de las enfermedades no transmisibles y está relacionado con el 6% de las muertes mundiales). Stress al aparcar, atascos...
Y, nuestra mayor amenaza como especie, no lo olvidemos, es el cambio climático. Según un estudio del Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia, publicado en Science, en 2090 el desierto se habrá comido la mitad de la Península Ibérica (de Alicante a Lisboa). El automóvil es, hay que recordarlo, una de las principales fuentes de emisiones de CO2.
¿Por qué entonces, siendo más caro, provocando problemas a la salud y a nuestro medio ambiente, y pudiendo usarse otros medios, tantas personas tienen coche propio? Es cuestión de hábitos, creo yo, y de creencias. Yo me los cuestioné. Y, por si sirve, vivo de maravilla.
¡Mañana, la ruta!




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